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Foto: Octavio Aburto

Un equipo de científicos liderados por el Instituto de Oceanografía Scripps en la Universidad de California en San Diego, encontró que tanto la sobrepesca como la variabilidad climática afectan la pesca de sardina en el Golfo de California.

 

En los últimos 30 años, la pesca de sardinas en el Golfo de California, al noroeste de México ha colapsado cuatro veces con los preocupantes impactos en el ecosistema marino, y en las poblaciones de aves, mamíferos marinos y otros peces que dependen de esta pequeña especie como alimento. Además, comunidades costeras que dependen de la pesca para su subsistencia, también sufren las consecuencias negativas.

Un estudio publicado en la edición del 4 de mayo de la revista científica Canadian Journal of Fisheries and Aquatic Sciences, presenta un modelo que predice hasta con dos años de anticipación los volúmenes adecuados de captura de sardina para minimizar la vulnerabilidad de esta especie.

"Por más de 20 años, la pesquería de sardina en el Golfo de California fue creciendo y alcanzaba récords en las capturas cada año hasta que, en 1991, se registró su primera caída. Desde entonces no se ha recuperado del todo,” explica el Alfredo Girón, científico afiliado al Center for Ocean Solutions de la Universidad de Stanford, quien lideró la investigación como parte de su doctorado en el Instituto de Oceanografía Scripps.

El Golfo de California produce alrededor de la mitad de la producción de pescados y mariscos en México. La comunidad costera de Guaymas, en el estado de Sonora, es el epicentro de la pesquería de la sardina. Después del primer colapso, cuando las capturas pesqueras cayeron de 300,000 toneladas en 1989 a 10,000 toneladas en 1991, se han registrado tres caídas más.

Sobre la razón de estas situaciones críticas, algunos grupos, entre ellos la autoridad encargada de la gestión pesquera, argumentan que son los cambios ambientales y procesos como El Niño, fenómeno natural caracterizado por el calentamiento del agua en el Océano Pacífico que reduce la productividad primaria del océano. Sin embargo, Girón y sus colaboradores resaltan que la falta de medidas de manejo claras y preventivas también deben ser consideradas.

Girón, así como los investigadores nacionales del ConaCyT, Exequiel Ezcurra y Octavio Aburto Oropeza, junto con investigadores del Instituto de Ciencias Marinas y Pesquerías de la de la Universidad Veracruzana, UC Santa Cruz y la NOAA, crearon el modelo matemático que prove estimaciones de las capturas pesqueras, además de guiar a gestores y pescadores hacia una pesquería sustentable.

Incorporar los impactos de la pesca como una variable en el modelo mejora la predictibilidad en las capturas pesqueras. Esta dinámica pesquera no es única de México, ya que por ejemplo en California, Estados Unidos, se enfrentan a una situación similar. La variabilidad que rige a las pesquerías de sardina han sido el foco de atención de investigadores desde la década de 1940, cuando las capturas de esta especie colapsaron por razones que aún se desconocen.

Investigadores del Instituto de Oceanografía Scripps y otros colaboradores crearon el programa conocido como California Cooperative Fisheries Investigations (CalCOFI) después de la segunda guerra mundial, para generar información que pemitiera mejorar nuestro conocimiento y comprensión sobre esta especie.

Actualmente, el programa CalCOFI continua operando y, mediante cruceros oceanográficos, se colectan datos relacionados con variables físicas y biológicas que afectan a estas pesquerías económicamente importantes.

Aún con siete décadas de estudio, el papel de la sobrepesca en el declive de la pesquería de sardina relativo a la variabilidad ambiental, sigue siendo un tema de discusión entre los científicos que participan en CalCOFI. Sin embargo, a diferencia de lo que sucede en México, autoridades pesqueras en California implementan medidas precautorias para asegurar la viabilidad de dicha industria. Por ejemplo, en ocasiones la pesquería permanece cerrada si los resultados del análisis del stock pesquero indican que la población ha caído por debajo del límite establecido como sucedió en el 2019.

Girón y colaboradores resaltan que considerar el efecto que tiene la pesca sobre las poblaciones de sardina en el Golfo de California es un primer paso para tener una pesquería sustentable. Los investigadores recomiendan que la pesca de sardina en la región no debería sobrepasar las 200,000 toneladas por año. Y en años cuando las condiciones ambientales son poco favorables, las medidas de manejo tendrían que ser más estrictas, para darle a la población la oportunidad de recuperarse.

Tener una población saludable y con capturas más estables, representaría un beneficio para la industria pesquera que actualmente experimenta una alta variabilidad en sus capturas y ganancias.

El trabajo de investigación fue financiado por el Sugihara Family Trust, Deutsche Bank-Jameson Complexity Studies Fund, la Walton Family Foundation, McQuown Fund, McQuown Chair in Natural Sciences, University of California, San Diego. El Departamento de Defensa, la National Science Foundation, y el Departamento de Interior apoyaron el trabajo de investigación del oceanógrafo del Instituto de Oceanografía Scripps, George Sugihara y Ethan Deyle, profesor en la Universidad de Boston.