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Este cachorro, hallado por un habitante de Puerto Alvira, en el municipio de Mapiripán (Meta), fue trasladado al bioparque Los Ocarros, donde un equipo de médicos veterinarios le brindará atención especial para fortalecer su comportamiento felino.

 

VILLAVICENCIO.- En horas de la noche del pasado sábado, el equipo de médicos veterinarios de la corporación ambiental Cormacarena trasladó al Centro de Atención y Valoración de Fauna Silvestre a un puma hembra neonato que fue entregado por un habitante del caserío de Puerto Alvira, en el municipio de Mapiripán (Meta) tras haberlo cuidado durante un mes, luego de encontrarlo sin su madre rondando por la zona.

El felino, que tiene aproximadamente dos meses de nacido, fue reubicado en el área de cuidado neonatal, en el Bioparque Los Ocarros, donde desde ahora recibirá atención especializada para garantizar el desarrollo adecuado dentro de una crianza artificial, que incluye una dieta estricta y terapia biológica para fortalecer su comportamiento silvestre.

El puma, también conocido como león de montaña o tigre colorado, es el felino más grande de Colombia después del jaguar; cuando son cachorros presentan manchas negras sobre su abrigo habano y ojos azules; estas características desaparecen a las 14 semanas y sus ojos se tornan cafés. Su principal amenaza de conservación es la pérdida de hábitat por la agricultura, ganadería y minería.

Hay seis especies de felinos silvestres en Colombia, de las 36 especies que existen en el mundo y todos ellos están incluidos en alguna de las categorías de amenaza de extinción de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Las amenazas transversales para todas las especies son la pérdida y transformación del hábitat causada por el avance de la frontera agropecuaria, la fragmentación de sus poblaciones por carreteras y poblados y la cacería retaliativa por ataques a animales domésticos, según lo detalla una investigación publicada por el instituto Alexander von Hunboldt.

Los autores de este trabajo -Esteban Payán y Carolina Sotos- explican que la cacería varía en escalas y refleja la intensidad de la persecución sobre cada especie. El impacto en el ganado atacado por grandes felinos (jaguares y pumas), es generalmente mucho mayor que el causado por las cuatro especies de felinos medianas y pequeñas (por debajo de 13 kg), que atacan aves de corral y en ocasiones pequeñas ovejas y cabras. Esto se conoce como depredación y es el componente más importante del conflicto humanos felinos. El conflicto también incluye el miedo a la fiera y éste causa algo de la cacería incidental, es decir, cuando el cazador se encuentra con el humano.

No obstante, los autores explican que ningún felino colombiano ha atacado a humanos sin provocación, entiéndase, sin que antes le hayan disparado. Como se recordará, la situación de amenaza en que se encuentran diversas especies de felinos llevó al Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADS) a constituir el corredor biológico más grande para la conservación de la danta,el puma y el jaguar, en la Orinoquía Colombiana. Con 228.000 hectáreas, este corredor fue resultado del trabajo conjunto de diferentes instituciones y del compromiso de empresarios y propietarios de predios de la cuenca del Sitio Ramsar del Río Bita.

Se estima que en toda la cuenca del río Bita, habitan alrededor de 600-700 individuos de danta (Tapirus t errestris), 60-70 Jaguares (Panthera onca), y 100-120 pumas (Puma concolor). Bita Corredor para la Vida, espera incluir la conservación de otras especies como pavones, rayas, nutrias, tortugas y delfines. Fernando Trujillo, director de la Fundación Omacha, señala que: ”esta iniciativa del Bita como corredor de vida, busca generar oportunidades para muchas especies como las dantas y los felinos, además de sumar otras igualmente amenazadas como los delfines, nutrias, tortugas y algunos peces.

La construcción y consolidación de este corredor que conectará la cuenca alta y media del río Bita, se logró gracias a las empresas forestadoras, propietarios locales del grupo Witzara, y a los ejecutores del Acuerdo para la Conservación de Bosques Tropicales (TFCA): Fundación Omacha, Ecolmod, Resnatur, Fundación Orinoquía, el Grupo de Especialistas de Tapires de la IUCN y Project Design Developers – Folgers Inc.

Cormacarena invita a la comunidad del departamento a informar sobre casos de tenencia o caza ilegal, la presencia de fauna silvestre herida o en un lugar inadecuado, a la línea de atención 321 482 0327, la cual se encuentra disponible de lunes a domingo, para garantizar la protección y conservación de los animales con los que cuenta el Meta.