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Estos Parques Naturales Regionales de San Andrés cumplieron 20 años de haber sido elevados a la cateogría de parques naturales, lo que llevó a impulsr políticasde manejo y conservación de estos atractivos ecodestinos.

 

SAN ANDRÉS, Isla.- En el marco del aniversario de los parques regionales Johnny Cay y Old Point, el director General de Coralina, Arne Britton González, exaltó el trabajo conjunto que se ha realizado con la comunidad, los prestadores de servicios y la autoridad ambiental.

Estos ecosistemas fueron elevados a la categoría de Parques Naturales y su conservación y manejo han sido un reto para la corporación ambiental. "Hemos pasado por muchos momentos y transformaciones, hemos logrado acuerdos y hoy apuntamos hacia metas colectivas en las que las actividades económicas son sostenibles y respetuosas con el medio ambiente", puntualizó el funcionarioi Britton.

El directivo de Coralina recordó que Johnny Cay es un área protegida de categoría general y que cuenta con una zonificación interna que le permite armonizar las actividades humanas con su función ecológica; los permanentes programas de monitoreo y seguimiento evidencian el mejoramiento ambiental de la zona. “Eso lo han comprendido los .actores sociales y proveedores asentados en el cayo más visitado de San Andrés, sin quienes no hubiéramos logrado esa declaratoria”, aseguró.

En Old Point, el ecosistema de manglar más grande del Departamento Archipiélago, existe un proceso de recuperación permanente por parte de la Corporación y la conservación de esta área protegida plantea sus propios retos. Recientemente cuenta con un sendero ecológico que abre las posibilidades para que el turismo de naturaleza pueda observar la gran riqueza y diversidad de flora y fauna asociada, que incluye peces, aves, crustáceos, moluscos y reptiles, entre otros.

Recorrer el sendero ecoturístico Old Point Mangrove Regional Park se ha convertido en una de las actividades ecoturísticas más emocionantes, ya que se puede observar un mosaico de ecosistemas marinos y terrestres sin igual, como las praderas de fanerógamas, comunidades de macro-algas y lagunas de aguas salobres y bosques de manglar que sirven como refugio y hábitat a gran número de especies residentes y migratorias asociadas.

El director de la entidad ambiental concluyó que hace 20 años no existía un código de comportamiento, por lo que los frágiles ecosistemas se usaban sin tener en cuenta los parámetros de conservación, protección y vigilancia. Las declaratorias dan el marco legal para conservar y aprovechar de manera sostenible y por eso invitó a que no bajemos la guardia y cuidemos siempre nuestra reserva Seaflower.