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En el nuevo mapa de vegetación natural, presentado por el Minambiente y el Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional, esta zona del país aparece con las mayores transformaciones.

 

BOGOTÁ D.C.- Más del 70% de la vegetación natural de la región Caribe ya no existe, según los datos recopilados en el mapa de vegetación natural, que presentó ayer el equipo investigador de este proyecto, realizado conjuntamente por el Instituto de Ciencias Naturales (ICN) de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADS), el Instituto de Investigaciones Alexander von Humboldt (IAVH), el Amazónico de Investigaciones Científicas -Sinchi- , el de Investigaciones Ambientales del Pacífico John von Neumann (IIAP) y el IDEAM

En la presentación del mapa correspondiente a la región Caribe, el biólogo M.Sc. John Infante, recordó que la temprana intervención del territorio y de los ecosistemas de una de las zonas más heterogéneas de Colombia en materia de vegetación empezó a darse con los procesos de colonización que se impulsaron a lo largo de los ríos Magdalena y Cauca.

Según el magíster en Biología, esta región del Norte del país incluye varias subregiones desde la árida-muy seca de La Guajira, la seca-semihúmeda de la Serranía del Perijá y la parte media del Cesar, la húmeda con la parte baja de la Serranía de San Lucas y el norte de la Cordillera Occidental hasta llegar a la jurisdicción de Turbo, en Antioquia.

En el Caribe se diferencian tres sectores principales, las planicies, las zonas montañosas y un componente importante de humedales, tales como la Ciénaga Grande de Lorica, La Mojana, la ciénaga de Zapatosa y la ciénaga Grande de Santa Marta, que figuran entre las áreas que históricamente han sido más transformadas.

En la subregión desértica del Caribe, especialmente La Guajira,  figuran los arbustales dominados por elementos como “el chaparro y el trupillo” y los cardonales dominados por especies de cactus (Stenocereus, Hylocereus). Otro elemento muy abundante y dominante que se muestra en el mapa de vegetación es “el cañaguate o polvillo” (Handrohantus).

Ya en las planicies, cobra importancia el árbol conocido comúnmente como “caracolí” (Anacardium excelsum), el cual aparece a lo largo de los cuerpos de agua y en zonas semihúmedas y húmedas, en estribaciones de las cordilleras Central y Occidental, en particular en las áreas de bosques de los Montes de María.

Herramienta para la conservación

El mapa de vegetación fue presentado por el profesor Jesús Orlando Rangel, investigador del ICN y director científico del proyecto, quien ha venido socializando esta nueva herramienta que aportará elementos fundamentales para la conservación y restauración de la vegetación natural del territorio colombiano, especialmente a la hora de trazar planes de desarrollo locales y regionales.

En Bogotá, la presentación se realizó en el auditorio de la Fundación Friedrich-Ebert-Stifung en Colombia (Fescol), en alianza con Foro Nacional Ambiental. El director de Fescol en Colombia, Oliver Dalichau. agradeció la elección de este recinto para presentar el nuevo mapa.

Durante el evento, el biólogo Carlos Suárez, del MADS, destacó la importancia del trabajo por parte de las instituciones participantes, para entregarle al país un producto tecnológico que facilitará el monitoreo del estado de la vegetación natural del país.

Por su parte, el director del ICN, Gonzalo Andrade, quien además forma parte del Consejo Directivo del FNA, reconoció la valiosa tarea emprendida por el profesor Orlando Rangel desde hace más de 30 años, para armar el “esqueleto vegetal” del territorio colombiano.

Para la elaboración de estos mapas de vegetación natural, que podrán ser consultados por investigadores, funcionarios del gobierno, miembros de ONG y público en general, se compilo información de cerca de 4.000 registros, la mayoría con tablas de composición florística.

Los registros constituyen la base de la cartografía temática, es decir, mapas a diferentes escalas sobre las unidades de vegetación en cada una de las regionales naturales del país, en los cuales se mencionan las superformaciones o clases, grandes formaciones u órdenes, formaciones o alianzas de vegetación.

Es así como manglares, frailejonales, palmares, pastizales y la vegetación de bosques de la alta, baja y media montaña, entre otros tipos de vegetación , aparecen reseñados en detalle en los diferentes mapas de vegetación regionales.

La información recopilada y previamente ordenada se transfirió al Sistema de Información sobre Biodiversidad (SIB) que coordina el Instituto Humboldt y será el MADS el que decida en qué plataforma se van a alojar los mapas de vegetación para consulta pública. “En el SIB alojamos esta información y todos los datos relacionados con recursos naturales que estén debidamente soportados”, mencionó el ingeniero Ricardo Ortiz, del von Humboldt.

“Queremos que la gente tenga acceso libre a la información y que se revise lo que ya está hecho para no repetir sobre lo documentado y avanzar con nuevas investigaciones optimizando recursos”, señaló el profesor Rangel, quien también destacó el profundo estudio realizado por el equipo de investigación(todos los institutos) que durante la temporada de confinamiento por la pandemia de COVID-19, se concentró en la documentación y recopilación de toda la información sobre inventarios de vegetación disponible para el mapa.

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